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10 buenas razones por las que agradecer le hace bien al mundo… y a tu salud

10 buenas razones por las que agradecer le hace bien al mundo… y a tu salud

 

Los buenos hábitos consiguen instaurase en nuestro día a día, es como hacer ejercicio; así como los beneficios que obtenemos al ejercitarnos, agradecer también nos hace bien al cuerpo y a la mente.

Desde pequeños, una de las primeras palabras que aprendemos a decir es “gracias”. Al principio surge como una respuesta automática en nuestro vocabulario, pero después vamos razonando que aparece siempre después de que alguien hace algo bueno por nosotros, y cobra un significado distinto. De hecho, no solo comienza a gustarnos decirla, sino provocarla, porque suele ir acompañada de una sonrisa y una sensación de bienestar.

Resulta impresionante todo lo que puede lograr en nuestro cuerpo y mente vivir con la costumbre de agradecer. Ese hábito tan humano se ha metido hasta el plano de la ciencia, que estudia los beneficios que da el decir “gracias” y sentirlo. Hoy reunimos diez.

  1. Crea cambios positivos en el cerebro

Ser y estar agradecido no es solo cuestión de amabilidad, puede lograr cambios permanentes en la estructura neurológica de nuestro cerebro. ¿El más inmediato? Provocar felicidad. Así lo han asegurado Blaire y Rita Justice, investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas que han hecho estudios sobre los beneficios físicos y psicosociales en el cerebro que trae el agradecer diariamente. 

  1. Se da mayor presencia a las “bendiciones”

No se trata de un punto religioso, sino de un enfoque positivo. En 2003, el Dr. Robert Emmons, de la Universidad de California, y Michael McCullough, de la Universidad de Miami, realizaron el estudio "Contando bendiciones vs cargas" (publicado en The Journal of Personality and Social Psychology), el cual duró diez semanas.

Analizaron a tres grupos diferentes: el primero escribía sobre cosas por las que estaba agradecido, el segundo sobre sus molestias diarias y el tercero solo debía describir cinco eventos de la semana pasada —ni positivos ni negativos—. Las personas que se centraron en la gratitud terminaron sintiéndose un 25% más felices y más optimistas sobre su futuro, incluso hicieron 90 minutos más de ejercicio a la semana.

Con ello descubrieron que enfocarse en la positividad crea sentimientos más constructivos.

  1. Elimina preocupaciones

Alex Korb, investigador en la UCLA y autor del libro ‘The Upward Spiral’, expone cómo podemos usar la neurociencia para revertir el curso de la depresión. Explica que preocuparse sirve para sentir que estamos al tanto de algo, pero a nivel cerebral, no. En vez de eso, centrarse en la gratitud activa la región del tallo cerebral que produce dopamina, que aumenta los niveles de serotonina y crea un sentimiento de felicidad dentro de nosotros. 

  1. Evita sentirse “pobre” rápidamente

Según explican los estudios anteriores, la gratitud funciona solo al estar agradecido por algo real y no debe confundirse con ese sentimiento de felicidad provocado por la euforia (como ganarse la lotería, el triunfo de un equipo deportivo, un logro profesional menor). Enfocarnos en felicidad efímera nos hará sentirnos pobres al poco tiempo. Preguntarnos “¿por qué estamos agradecidos cada día?” y encontrar la respuesta nos dotará de una felicidad más duradera. 

  1. Ejercita el “músculo de la gratitud”

Así como las piernas pueden ir ganando poco a poco la dureza con el ejercicio, en el cerebro existe una especie de "músculo de la gratitud", el cual se puede fortalecer con el tiempo. ¿Cómo?, practicando el decir “gracias” y sentirlo de todo corazón, al crear un ciclo saludable en nuestro cerebro que nos permita enfocarnos fácilmente en las cosas positivas de la vida.

  1. Nos recuerda lo bueno que tenemos

Suele ser más sencillo enfocarnos en nuestros problemas y en las cosas negativas que cruzan por nuestra vida. A veces esto ocurre porque nuestro entorno está así y nos adaptamos a él.

Irónicamente, cuando un problema grave surge (en medio de esa ola de negatividad en la que vivimos), es cuando recordamos todo lo bueno que tenemos. Por ejemplo, ¿cuántos no agradecimos que nuestros seres queridos, casa y demás posesiones estuvieran a salvo después del sismo del 19 de septiembre). Normalmente no estamos acostumbrados a la consistencia de los problemas, como sí lo estamos a nuestras bendiciones, de ahí que las olvidemos.

  1. Te recuerda ser feliz

Existe un refrán que dice “si has olvidado el lenguaje de la gratitud, nunca estarás hablando de felicidad”. Este dicho toma fuerza cuando estudios demuestran que la depresión se correlaciona inversamente con la gratitud. Philip Watkins, sicólogo clínico de la Universidad del Este de Washington, explica que cuanto más agradecida es una persona, menos deprimida está. Él descubrió que las personas clínicamente deprimidas mostraban una gratitud significativamente menor (casi 50% menos) que los no estaban deprimidos.

  1. Incrementa el comportamiento ético

Saber que estás haciendo lo correcto, que lo que hiciste o dijiste benefició a alguien provoca endorfinas que dan felicidad. Si alguien se sintió contento con esta conducta, la repetirá dos o más veces, tal vez con el fin egoísta de sentir felicidad propia, pero a la vez la contagiará al mundo.

  1. Ayuda a no dar nada por sentado

Practicar la gratitud incluye no dar nada por sentado en cualquier aspecto de la vida. Es como colocarnos unos anteojos para ver el día desde otra perspectiva: diario sale el sol, pero no siempre lo parecíamos; diario podemos comer algo, pero sabemos que hay quienes no; diario podemos llegar a casa y descansar, cuando hay quien debe pasar la noche en un hospital… o simplemente recordar estar vivos y poder estar leyendo esto.

  1. Obliga a ver la vida mejor

Según Ocean Robbins, CEO y fundador de ‘Food Revolution Network’, explica que hay tres acciones para obligarnos a ver la vida mejor.

1) Mantén un diario donde escribas tres cosas por las que está agradecido. Funciona mejor si se hace por mañana o justo antes de ir a dormir.

2) Dile a tu pareja, a algún amigo o colega que lo quieres o aprecias todos los días.

3) Mírate en el espejo cuando te estés cepillando los dientes, y piensa en algo que has hecho bien recientemente o algo que te gusta de ti.

Son tres cosas muy sencillas que ayudarán a ver la vida con esos anteojos del agradecimiento.

¿Cuánto tiempo de toma crear un hábito?

Para crear un hábito, según el cirujano plástico Maxwell Maltz en 1960, son necesarios 21 días continuos en los que la acción que deseas implementar como hábito se repita de la misma forma día tras día.

Este periodo de 21 días fue determinado así porque el médico se dio cuenta de que a ciertos pacientes amputados les tomó, en promedio, 21 días adaptarse a la pérdida de una extremidad. No obstante, si se habla de hábitos alimenticios, de ejercicio, o sociales, reprogramar toda una vida de hábitos podría tomar más de tiempo.

Investigadores del University College de Londres hicieron un estudio para saber cuánto tomaba crear este tipo de hábitos y el resultado fue 66 días. Este período permitía fijarlo y después poder hacerlo de forma automática. ¿Estás dispuesta a cambiarlo?

 

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