Saltar al contenido

Atención al Cliente (55) 1004 9880

Envíos Gratis en órdenes mayores a 1,599 pesos

Todo sobre mamás y bebés

Rabietas con amor

Rabietas con amor

Las rabietas llegan sin aviso: un "no" a una galleta, una camiseta que no quiere ponerse, o simplemente un día difícil... y boom 💥, tu pequeño estalla. Llora, grita, se tira al piso y tú solo piensas:
"¿Qué hago ahora? ¿Le ignoro? ¿Le grito? ¿Lo calmo? ¿Estoy criando mal?"

Respira.
Las rabietas no son un fallo de crianza.
Son una parte natural del desarrollo. Y con el enfoque correcto, pueden ser una oportunidad para educar con amor y enseñar habilidades emocionales que les durarán toda la vida.

¿Por qué hacen rabietas los niños?

Entre el año y los 4 años, los niños están desarrollando su cerebro emocional.
Sienten mucho, pero aún no saben cómo expresarlo ni autorregularse. Su mundo cambia constantemente, y cosas que para nosotros son pequeñas, para ellos son enormes.

Las rabietas son su forma de decir:
"Estoy frustrado", "no entiendo qué está pasando", "quiero hacer esto solo", o simplemente... "necesito que me contengas."

No necesitan castigo. Necesitan guía.

Cuando un niño tiene una rabieta, su cerebro está en modo “tormenta emocional”. No puede razonar, no puede aprender, no puede escuchar. Por eso, gritar o castigar no enseña nada… solo los asusta o desconecta de ti.

Lo que más necesitan es que tú te mantengas calmada, disponible y amorosa.

No es fácil, lo sé. Pero cada vez que eliges la conexión por encima del control, estás sembrando una relación fuerte, basada en confianza y respeto.

Tips que SÍ funcionan (de verdad)

1. Valida sus emociones, aunque no su conducta

Decir “entiendo que estés enojado” no es lo mismo que decir “está bien que pegues”.
Puedes poner límites firmes sin dejar de ser empático.

💬 “Veo que estás muy frustrado porque no puedes tener eso. Estoy aquí contigo.”

2. Ofrece contención, no control

No trates de razonar en medio de una rabieta. Solo mantente cerca, respira, y espera a que la tormenta pase. Tu presencia segura es más poderosa que mil palabras.

💬 “Te abrazo cuando estés listo. Estoy aquí.”

3. Anticipa lo predecible

Muchos estallidos ocurren por hambre, sueño o sobreestimulación. Crea rutinas estables, avisa antes de transiciones (“en 5 minutos guardamos los juguetes”), y mantén su entorno lo más previsible posible.

4. Modela la calma que esperas

Sí, es difícil. Pero tú eres su ejemplo. Si tú pierdes el control cada vez, le estás enseñando que gritar o explotar es una forma válida de comunicarse.
Respira profundo. Baja la voz. Mantén el tono firme y suave.

5. Después de la tormenta, llega el aprendizaje

Cuando ya se ha calmado, entonces sí, pueden hablar. Ponle nombre a lo que sintió, ayúdalo a entender qué pasó y ofrécele otras formas de expresarse la próxima vez.

💬 “Estabas muy enojado. La próxima vez podemos decir ‘estoy molesto’ en lugar de gritar.”

Criar con firmeza y ternura es posible

Educar sin gritos no es dejar hacer lo que quieran.
Es poner límites con amor, acompañar sin romper el vínculo, enseñar sin herir.

Sí, las rabietas son intensas.
Sí, hay días que terminan con lágrimas (de ellos y tuyas).
Pero cada vez que eliges la calma, estás construyendo algo profundo:
un niño que confía en ti, y que un día sabrá confiar en sí mismo.

Publicación anterior
Siguiente publicación
Alguien compró recientemente un
hace [hora], desde [lugar]

Gracias por suscribirse!

Este correo electónico ha sido registrado

Compra el look

Elegir opciones

Visto recientemente

Editar opción
Regístrate para recibir actualizaciones exclusivas, Notificación de Re-Stock
this is just a warning
Mi carrito
0 artículos
0%

Antes de que te vayas...

Obtén un 15% en tu primera Orden

20% off

Introduce el siguiente código al realizar el pago para obtener un 20% de descuento en su primer pedido

CODESALE20

Continue Shopping